PRUEBA DE VIDA

(COGITO ERGO SUM)

 

Este no es mi estado vital,

asentado aquí, me encuentro

como un vegetal, dentro de mi lealtad

sólo puedo escribir lo real...

        acontecido y bendecido.

Cuando estaba en la escuela

de la cólera temporal, dibujábamos

   vestidos con clamor para

esqueletos que se retorcían de dolor y

bocetos en papel moneda de nuestros padres...

                                               nuestros antihéroes.

Para mí no había ni leyes...

                            ni límites.

Platón decía lo que era bello.

Estética deficiente e impertinente.

¡Ah, el diseñador de pesadillas!, el vendedor de anfetaminas... y

                                       el camello del desierto

que contemplaban vicio y placer                   (en silencio),

eran unos entes que se masturbaban en la certeza universal.

¿Cuántas verdades?

¿Cuánto triunfo?

¿Cuántos amigos?

¿Dónde están mis recuerdos? Dónde está ella...

Busco la verdad en la poesía.

¡Eliminemos todo lo superfluo!

Sólo queda de todo aquello el contenido y

                                                   la esencia.

Las palabras bien colocadas son axiomas,

los axiomas bien colocados son premisas,

las premisas bien colocadas son...

                                                   poesía.

Los vocablos son mi arma y

    mi estilográfica una prolongación de mi mano.

Siempre rogando y con el mazo dando.

Pero dentro del núcleo del poema, dentro del centro,

dentro de la osadía...

                          no hay nada más transgresor

que las palabras mal colocadas

para que perduren en la huida del tiempo...

                               (desordenadas en la poesía).

 

 

 

                                           Carlos Chatham     25-9-2003

                                                         TENORIO